Un expolicía, autor de masacre de 35 personas en guardería de Tailandia, 22 eran niños

Un expolicía mató el jueves a 35 personas en Tailandia, entre ellas a 22 niños en una guardería, y luego asesinó a su familia y se suicidó, en una de las peores matanzas jamás perpetradas en este país asiático.

El autor del ataque, un expolicía de 34 años, armado con un fusil, una pistola y un cuchillo, irrumpió en una guardería en Na Klang hacia las 12:30 horas locales, informó el coronel Jakkapat Vijitraithay, de la policía provincial de Nong Bua Lamphu.

En el establecimiento infantil murieron 22 niños, de entre dos y tres años, dijo el policía, precisando que también había 12 heridos, tres de ellos graves.

Tras el ataque, el atacante huyó de la guardería en coche y atropelló a varios peatones.

Después mató a su mujer y a su hijo, y luego se suicidó, dijo Vijitraithay.

“El atacante aparcó delante de la guardería, disparó y mató a cuatro trabajadores que almorzaban delante”, explicó a AFP Nanthicha Punchum, directora del centro.

“Derribó la puerta de entrada con el pie, entró y empezó a cortar las cabezas de los niños con un cuchillo”, prosiguió.

En unas imágenes en video del lugar podía verse a varias familias desconsoladas en un refugio cerca de la guardería, en el jardín.

Matanza “horrible”

El primer ministro tailandés, Prayut Chan-O-Cha, expresó sus condolencias a las familias y ordenó una investigación urgente en esta “horrible” tragedia.

El dirigente pidió al jefe de la policía “desplazarse al lugar de los hechos y acelerar las investigaciones”.

“Intentó atropellar a otras personas en el camino. Chocó contra una moto y dos personas resultaron heridas. Yo me apresuré a alejarme”, dijo a AFP una testigo, Paweena Purichan, de 31 años, que circulaba en moto hacia su tienda.

“Había sangre por todas partes”, añadió.

El atacante, identificado como Panya Khamrab y que vivía cerca de la guardería, fue despedido de su puesto de sargento en junio por un problema de drogas, declaró en rueda de prensa Damrongsak Kittiprapat, jefe de la policía nacional.

“Tenía que presentarse a su proceso mañana (viernes) sobre su problema de drogas”, declaró.

“El atacante estaba en un estado de locura”, pero una prueba sanguínea tiene que determinar si era debido al consumo de drogas, prosiguió. El arma que utilizó había sido adquirida legalmente para uso personal, añadió.

Casi 30 muertos en 2020

La provincia de Nong Bua Lamphu está situada cerca de el “Triángulo de oro”, en los confines de Birmania y Laos, considerado desde hace décadas como un punto central de producción de droga en la región.

Unicef, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, expresó la tristeza y la conmoción por este trágico tiroteo.

Tailandia es uno de los países en el mundo con mayor número de armas en circulación, pero a pesar de ello, las matanzas de este tipo son poco habituales.

En septiembre, un sargento mayor mató a dos oficiales del ejército en un tiroteo en un centro de formación militar en Bangkok.

En el último año, se produjeron al menos otros dos casos de militares que cometieron ataques de este tipo, según el Bangkok Post.

En 2020, un oficial del ejército perpetró un ataque en un centro comercial de Nakhon Rachasima, en el interior del país, y causó 29 muertos.

El autor, de 31 años, fue abatido por las fuerzas de seguridad tras un periplo mortífero de casi 17 horas. Había pasado al acto después de haber discutido con un superior.

Tras esa matanza, el primer ministro Prayut Chan-O-Cha, ya en el cargo, dijo que quería que fuera “la última vez” que se producía una tragedia así.

Los militares tienen gran influencia en muchos aspectos de la vida de Tailandia, desde la política hasta los negocios, y han tomado el poder numerosas veces en las últimas décadas, la última en 2014.

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