Militarismo del bienestar  

PULSO

Eduardo Meraz

 Hace unos días  comentábamos sobre la seguidilla de reuniones de los empresarios en Palacio Nacional y nos preguntamos si eso traería buenas o malas noticias. Cuestionamiento inutil, a sabiendas del estilo presidencial gandalla y ventajista.

Y el fin de semana pasado dio pruebas irrefutables de ese comportamiento chantajista por antonomasia con la expedición de dos decretos. Uno para dejar sin efecto la disposición de la Corte de retirar la categoría de seguridad nacional a sus obras emblemáticas.

Y dos: declarar  la expropiación, por seguridad nacional e interés público 120 kilómetros de vías férreas de la compañía Ferrosur, perteneciente a Grupo México, pues  no llegó a «acuerdos» con su dueño, Gabriel Larrea, según lo dio a conocer el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.

Al buen entendedor pocas palabras. El modelo «persuasivo» del cuatroteísmo consiste en el sometimiento o la abdicación de derechos.

Es decir, estamos ante un presidencialismo punitivo que, por las buenas o las malas -más estas últimas- prácticas en el ejercicio del poder trata de aniquilar cualquier vestigio de independencia o a quienes se oponen a sus ocurrencias.

No se trata únicamente de haber arrasado con programas e instituciones de administraciones anteriores, a cambio de proyectos y estrategias fallidas, aplicadas hace medio siglo, aunque más distorsionados por sus tintes chavistas.

El presidente totalmente palaciego pretende vender a los mexicanos el oro del Estado benefactor, pero en realidad nos entrega espejitos de un «militarismo del bienestar» donde, en realidad, la milicia impone su doctrina de fuerza al resto de la sociedad, con la bendición del ejecutivo.

Con ello, ha logrado domeñar los ímpetus sociales de noviembre y febrero y ahora enfoca sus baterías contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fomentando actos de vandalismo contra su presidenta Norma Piña

En los días recientes, el mandatario ha pasado de los arrebatos a la hostilidad,  tal vez en respuesta a las presiones de su vecino del norte para contener el tráfico se fentanilo y el flujo migratorio de Centroamérica.

Las exigencias de Estados Unidos por «recorrer la frontera» al Istmo de Tehuantepec explicarían en buena medida que el Tren que recorrerá del Pacífico al Golfo se convertirá en el  segundo muro solicitado. No en balde estará a cargo de la Secretaría de Marina.

Las elecciones de Coahuila y el estado de México, en particular en esta última entidad, nos dirán si los ciudadanos permiten continuar los atropellos u oponen resistencia a los mismos.

He dicho

EFECTO DOMINÓ

Cuando aún le faltan 16 meses de gestión al presidente totalmente Palacio Nacional, ya rebasó el número de muertos -homicidios dolosos- de Enrique Peña Nieto y rondará las 200 mil tumbas al final de su mandato.

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