Los Indiana Pacers buscaban este domingo empatar su eliminatoria con los New York Knicks, pero lograron mucho más que eso: cuajaron un partido espectacular en el que dejaron noqueado a su rival (121-89).
Si hubiese sido un combate de boxeo, lo más probable es que los Knicks no hubiesen llegado al último asalto.
Los de Indiana dominaron el partido de inicio a fin, con un juego eléctrico, sin tregua, llegando a tener una ventaja de +43 en el último cuarto.
Un recital con el que no solo empataron a dos sus semifinales del Este, sino que se aseguraron que trasladaron toda la presión a los Knicks y se aseguraron que la serie volverá a Indianápolis.
Tyrese Haliburton fue determinante con sus 20 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias en tan solo 27 minutos y 32 segundos. Fue el jugador con más minutos disputados. No necesitaron más los Pacers de sus titulares.
Los Pacers encestaron 50 de 88 en tiros de campo (56,8 %), 14 de 31 en triples (45,2 %).
Los Knicks fueron la otra cara de la moneda: 30 de 89 en tiros de campo (33,6 %), 7 de 37 en triples (18,9 %) y ni siquiera estuvieron bien desde la línea del tiro libre (22 de 31, 71 %). Un despropósito.
Sin OG Anunoby, Jalen Brunson se quedó en 18 puntos (6 de 17 en tiros de campo), Donte DiVincenzo (3 de 13) y Josh Hart en 2 (1 de 6).
El quinto partido se disputará este próximo martes en el Madison Square Garden antes de que la eliminatoria regrese el viernes a Indianápolis para el sexto.
Recital en Indianápolis
Los Indiana Pacers saltaron a la pista en avalancha, superando a los Knicks en todas las facetas del juego: del acierto a la intensidad, pasando por profundidad de banquillo, dominio bajo aros y concentración.
Fue un cuarto que rozó la perfección para Tyrese Haliburton y sus compañeros. El base, duda por molestias en un tobillo, anotó 8 puntos y atrapó 5 rebotes. Obi Toppin y T.J. McConnell, ambos suplentes, 7 cada uno.
Todo lo contrario a la perfección fue lo de los Knicks, con un 6 de 23 en tiros de campo (26,1 %), incluido un 1 de 8 desde el exterior (12,5 %). Ni siquiera desde el tiro libre (1 de 4, el único punto de Jalen Brunson) estuvieron acertados los de Manhattan.
El cuarto terminó con un abultado 34-14 que sentaba las bases para que los Pacers pudieran empatar a dos victorias la serie. En la banda, Tom Thibodeau estaba desesperado.
Mejoraron los Knicks en el segundo cuarto, pero no lo suficiente como para plantar cara a unos Pacers que estaban pasando el rodillo.
Tras un inicio en el que los de Nueva York recortaron tímidamente la diferencia, los Pacers la fueron ampliando hasta llegar al +30 a 4.5 segundos del final con un triple de Haliburton. Dos tiros libres de Brunson dejaron el marcador en 69-41.
Cuando desfilaron a los vestuarios, los locales tenían a 5 jugadores con 10 puntos o más -Haliburton, Toppin, McConnell, Pascal Siakam y Myles Turner-.
Indianápolis era una fiesta en el descanso y los Pacers no dejaron que nadie la arruinara. Si en el primer tiempo habían dejado a los Knicks tocados, en el tercer cuarto los terminaron de machacar.
Las caras de Brunson y de Josh Hart en el banquillo visitante lo decían todo.
Los hombres de Rick Carlisle robaban balones, salvaban los que parecían perdidos, ganaban todos los duelos y metían los triples. Llegaron a ponerse en +38 (101-63) con todos los titulares de los Knicks sentados en el banquillo.
Los ‘minutos basura’, los que suelen jugar los suplentes cuando un partido está decidido, este domingo en Indianápolis fueron el último cuarto entero. Algo insólito.
Los suplentes de los Pacers llegaron a ampliar la ventaja hasta un +43 al inicio del cuarto, pero los de los Knicks sacaron honor y orgullo para maquillar el resultado hasta dejar el definitivo 121-89 en el luminoso.