ABANICO /El sentido de la vida

Por Ivette Estrada

¿Cuál es el significado de la vida? Esta pregunta es casi tan antigua como el tiempo y el deseo unánime, silente o no, es que tenga sentido.

La literatura de todos los tiempos registra un deseo acendrado en la especie humana: ser recordado cuando nuestros huesos ya sean polvo. De alguna manera nuestra especia es la única que vive con la certeza de extinción, de la muerte inminente que nos ronda como la única promesa a la que accederemos.

Ahora, que nuestra vida esté llena se significado y destino depende de cada uno. Así de paradójica y simplista es la verdadera gloria o la vida dirigida y motivada por objetivos valiosos, que cada cosa que hagamos tenga sentido.

Una anécdota que comparto continuamente es la de tres albañiles que construyen una iglesia. Los tres lo hacen a distinto ritmo con variable ánimo.

Al más lento se le inquiere que hace.

_Una barda, ¿qué no ves?, responde malhumorado.

El segundo que tiene un avance regular responde cuando le preguntan lo mismo.

“Edifico una iglesia”, dice satisfecho.

El más rápido y que mejor realiza su trabajo responde al preguntarle qué hace:

_Hago la casa de Dios, salvo almas.

¿Qué tanta importancia y significado le confieres a tus tareas cotidianas? Esto implica un alto grado de introspección y alineación de nuestro propósito a las tareas que realizamos. Es encontrar la misión en cada acto.

Las marcas son sensibles a esto. Los fabricantes de lápices labiales, por ejemplo, saben que en realidad lo que ofrecen no es grasa de color, sino belleza. Por sutil, abstracto y lejano que este concepto sea.

Acceder al profundo mundo de la psique y otorgar significados no es algo que deban hacer sólo los publicistas y mercadólogos para catapultar las ventas. Es necesario para dotar a nuestra vida de un propósito. Se enfatizan las tareas laborales porque el trabajo representa al menos una tercera parte de nuestra vida.

El trabajo también representa nuestro poder de transformación, de ahí que el amor y el trabajo se consideren esenciales en la construcción del sentido de la vida.

Por otra parte, es la automotivación lo único que poseemos para triunfar. Y el triunfo se conceptualiza como todo aquello que quieres lograr. Sin voluntad no se podrá generar nada y las metas se volverán inalcanzables.

La automotivación es oro molido en las organizaciones de todo tipo, pero también es la respuesta a la pregunta mas bella y grande de todos los tiempos: ¿para qué estoy aquí?

Y será maravilloso encontrarnos con el barrendero de la NASA que asegura que su trabajo es ayudar a que las personas alcancen la luna.

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