Por Félix López, Director general de Eureek’a, empresa de divulgación científica.
Maximizar nuestro poder de tención puede multiplicar nuestro aprovechamiento y desempeño, aunque en general tendemos a enfrentar múltiples distractores que limitan nuestra eficacia de aprendizaje, resolución de problemas y toma de decisiones.
Ante esto una interrogante es crucial: ¿dónde quedó la atención? En el juego, las redes sociales, lo que ya ocurrió o las expectativas de futuro. En todos lados y en ninguno. Paradójicamente, nfocarnos en la tarea que ahora realizamos puede incrementar eficiencia y ahorrar tiempo que puede destinarse a otras actividades productivas o al ocio.
La falta de atención racional no es totalmente desconocida. Las personas entienden completamente las consecuencias de dispersar pensamientos y acciones, e incluso el postergar deliberadamente lo que debemos hacer
La gestión y administración del tiempo es una de las habilidades que mayores deficiencias presenta en el ambiente laboral. Incluso, es una de las habilidades gerenciales más difíciles de tener y la que mayores obstáculos tiene para adquirirla. Sin embargo, existen tres acciones que nos permiten regular la dispersión de acciones y tiempo.
- Clarificar objetivos. Esto debe hacerse trimestralmente y después dividir en meses, semanas y días. Una agenda de acciones diarias lograra que los objetivos a corto plazo se cumplan sin dilataciones.
- Establecer horarios de trabajo. En ellos se evitarán interrupciones de todo tipo como atender llamadas, visitas inesperadas o redes sociales. Esto garantizará el cumplimento de las propias metas establecidas.
- La meditación diaria ayuda a que prevalezca el aquí y ahora y no nos enfrasquemos en situaciones del pasado o perdamos tiempo en escenarios futuristas sin sentido. Esto no tiene que ver con la planificación, eje del cumplimento de una misión, sino de fantasías en horas productivas.
- La focalización es una decisión. No debe anteponerse a lo que se quiere hacer sino a lo que se debe para cumplir los objetivos trazados.
- Analizar la ayuda que puede brindarnos la tecnología para recordar entregas parciales de trabajo, citas y plazos diversos. Conviene también optar por calendarizaciones visibles en el lugar de trabajo.
- Ambientes idóneos de trabajo. La reducción del ruido ambiental propicia una mayor concentración, así como evitar ambientes con luz muy intensa o deficiente.
- Evitar el multitask y acostumbrarse a priorizar tareas. Emplear las primeras horas de la mañana a tareas que requieren mayor concentración o creatividad y las tardes para reuniones y trabajo administrativo, rutinario y planificación de la agenda del día siguiente.
- Evitar “llevar trabajo a casa” y más aún, a la recámara. La división clara de funciones debe operar también a nivel geográfico para no “mezclar” pensamientos y multiplicar distractores.
- Establecer descansos periódicos a lo largo de la jornada laboral con intervalos de 15 a 30 minutos ayuda a “destrabar” ideas, contemplar otras perspectivas y generar el descanso pertinente para trabajar a un ritmo idóneo sin menoscabo de la energ´´ia y fuerza.
La atención es producto de un férreo entrenamiento, es producto de voluntad y no del azar. Implica el dominio de los pensamientos, emociones y percepciones que la atención plena y prácticas de meditación pueden lograr.