En respuesta a la creciente ola migratoria y con el objetivo de brindar apoyo a las familias en movimiento, el Gobierno Mexicano inauguró un albergue en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Con una capacidad para albergar a 300 migrantes, dicho refugio se encuentra a escasos metros del Instituto Nacional de Migración (INM), donde trágicamente murieron 40 migrantes en un incendio hace aproximadamente siete meses.
El campamento, que cuenta con el respaldo financiero del INM pero está bajo la administración del Ayuntamiento de Juárez, es operado en colaboración con diversas entidades.
Consta de cuatro carpas, instalaciones de lavado, tanques de agua, duchas con agua caliente, un comedor y servicios médicos, entre otros.
Su propósito principal es servir como punto de reunión y asistencia para personas en movimiento, especialmente para familias.
El Gobierno de El Salvador calificó como “crimen de Estado“, el hecho de que el albergue está situado en las inmediaciones de las estación del INM donde ocurrió el fatal incendio ocurrido en marzo.
De acuerdo con Héctor Rafael Ortiz, secretario del Ayuntamiento de Juárez, esta iniciativa forma parte de un acuerdo entre los tres niveles de Gobierno de México y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
El campamento está destinado a las personas que llegan en tren o ingresan a Juárez y serán posteriormente trasladadas por el INM.
Para garantizar la seguridad de la zona, vehículos de la Policía Municipal y del INM patrullan la región fronteriza del río Bravo con el objetivo de disuadir a los migrantes de cruzar ilegalmente.
El secretario del Ayuntamiento asegura que este campamento proporcionará un espacio seguro para pasar la noche, ofreciendo servicios básicos y acceso a internet, lo que resulta de interés para quienes lo utilizan.