Iberdrola México beneficia a más de 3 mil personas en Oaxaca con su programa Luces de Esperanza

/COMUNICAE/ La tercera fase del proyecto de electrificación de comunidades rurales llegó a ocho municipios del Istmo de Tehuantepec e incluyó a cinco escuelas y un centro de salud. Una de las zonas beneficiadas fue Cachimbo, una pequeña comunidad pesquera de unos 70 habitantes a la que solo se accede por mar
Iberdrola México implementó la tercera fase de Luces de Esperanza en Oaxaca, beneficiando a 3,334 personas de comunidades rurales del estado, mediante la instalación de sistemas solares en 116 viviendas, cinco escuelas y un centro de salud.

«Iberdrola México está plenamente comprometida con el país y con el desarrollo de las comunidades. Con Luces de Esperanza, mejoramos la calidad de vida de la población beneficiaria en aspectos esenciales como la salud, la educación o la seguridad. Y lo hacemos con energía limpia y renovable, en línea con nuestro propósito de proteger el medio ambiente», subrayó Luis Estrada, director del Negocio de Renovables de la compañía.

Por su parte, el subsecretario de Obras Públicas de la Secretaría de Infraestructuras y Comunicaciones de Oaxaca, Luis Eduardo Velasco, durante el evento oficial de encendido de luces en la comunidad de Shabaconde, en San Blas Atempa, destacó los esfuerzos que realiza el gobierno estatal para impulsar el bienestar de toda la ciudadanía.

«Gracias a esta alianza con la iniciativa privada, hemos hecho posible que más de 3,300 personas que carecían de electricidad en una veintena de comunidades rurales iluminen hoy sus viviendas y espacios comunitarios», afirmó.

En esta nueva fase, Luces de Esperanza impactó positivamente en 20 comunidades de ocho municipios: San Blas Atempa, San Dionisio del Mar, San Francisco Ixhuatán, San Juan Guichicovi, San Miguel Suchixtepec, San Pedro Pochutla, Santo Domingo Petapa y Santo Domingo Tehuantepec.

Este programa, que cuenta con Iluméxico como aliado técnico y el acompañamiento de gobiernos estatales y municipales, aporta un ahorro para familias acostumbradas a gastar buena parte de sus recursos en velas y pilas. Además, ahora pueden destinar mayor tiempo a sus actividades productivas.

«Nuestra vida ha cambiado por completo desde que tenemos luz en casa. Nos sentimos más seguros y tenemos más tiempo para estar en familia», afirmó Rosita Rito, beneficiaria del programa Luces de Esperanza en Shabaconde (San Blas Atempa) y quien llevaba por años viviendo a oscuras en su vivienda.

Mientras que en Cachimbo, una pequeña localidad pesquera a la que se accede en lancha, la llegada de la electricidad ha implicado un gran cambio. Este remoto pueblo puede hoy congelar su pescado y marisco y con ello incrementar su fuente de ingresos. Asimismo, sus habitantes pueden trabajar de noche con lámparas recargables, logrando un significativo ahorro.

En la comunidad se iluminaron 12 casas con paneles solares y baterías. Además de que Iberdrola México reconstruyó y electrificó su centro de salud, mejorando sustancialmente la calidad de vida de sus cerca de 70 habitantes.

Iberdrola México puso en marcha Luces de Esperanza en noviembre de 2019 en comunidades rurales de la Huasteca Potosina, donde ha beneficiado a más de 1,500 personas.

Dado el éxito del programa, en 2020 la compañía lo extendió al estado de Oaxaca, Con una inversión superior a los 17 millones de pesos, los beneficiarios suman ya más de 4,000 personas, incluyendo las dos primeras fases desarrolladas en los municipios de San Pedro Pochutla, San Juan Guichicovi y Matías Romero Avendaño.

El proyecto cuenta con un presupuesto total de 80 millones de pesos para beneficiar a más de 12,000 personas de distintas regiones del país, y contribuye al logro de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellos el 7 -energía asequible y no contaminante-, el 10 -reducción de las desigualdades-, el 11 -ciudades y comunidades sostenibles- y el 17 -alianzas para lograr los ODS-.

De acuerdo con cifras oficiales, todavía hay cerca de dos millones de mexicanos que viven en hogares sin electricidad, ya sea porque residen en comunidades rurales remotas alejadas de la red convencional o en zonas urbanas donde las familias no pueden pagar el costo del servicio.

Fuente Comunicae

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