Por Alberto Zanabria, director de Ínsula, empresas de soluciones de neuromarketing para la empresa.
El sonido es un área poco explorada para el Neuromarketing. Sin embargo, cada vez tiene más relevancia en los indicadores del comportamiento de predilección y compra.
Antes de desplegar las opciones auditivas en el Neuromarketing, conviene recordar que oír es percibir las vibraciones del sonido de forma inconsciente. Es algo pasivo que actúa a nivel fisiológico y de sensaciones, e incluso podemos sentir un mensaje tras la transmisión de un sonido.
Escuchar, en tanto, es percibir el sonido e interpretarlo. Esto produce un esfuerzo mental y físico que provoca la reacción del receptor.
Conviene remarcar aquí que el sentido del oído es el que más información aporta al cerebro después de la vista. Por eso, la música influye tanto en las emociones y en la toma de decisiones. El neuromarketing auditivo es la ciencia que estudia la reacción del cerebro ante estímulos auditivos y es una de las estrategias de marketing más potentes para cualquier negocio.
Al detectar un estímulo sonoro, el cerebro recibe los impulsos necesarios para procesarlo e interpretarlo. Y es que la música está muy presente en nuestras vidas. Por eso recordamos fácilmente las bandas sonoras, un concierto, nuestra canción favorita o la melodía de aquellos anuncios que nos llaman la atención.
Distintos estudios demuestran que escoger el tipo de música adecuado puede incrementar significativamente el volumen de ventas del negocio. Pero hay algunas claves que deben considerarse. Estas son algunas pautas:
En primer lugar, debe ser acorde al público y a sus gustos para propiciar que se sientan identificados con el local/piso de ventas y quieran permanecer más tiempo en él. Aumentará las posibilidades de que el negocio sea recomendado, y ya sabemos que la mejor publicidad es de boca a boca.
Otro punto crucial es analizar el tipo de producto o servicio que se ofrece. Esto es básico para no perder la esencia y personalidad del negocio. Por ejemplo, no sería coherente que en una cafetería sonase música rock o tecno. O que en un dentista sonase reggaetón.
Además, es curioso cómo influye la frecuencia del sonido según las conclusiones de los estudios. Cuando aumentan las frecuencias bajas haciendo que el bajo sea ruidoso, las personas conectan más con colores oscuros. Sin embargo, cuando destacamos frecuencias altas, la atención se desvía hacia colores claros.
En sí, la ambientación musical de un negocio es mucho más que darle al play a una canción al azar. Con la selección musical adecuada se pueden conseguir más ventas, atraer nuevos clientes, agilizar el tráfico en el local o, incluso, mejorar el posicionamiento de marca en la mente de nuestros consumidores.
En función de los beneficios que queremos conseguir a través del neuromarketing auditivo se sugiere este tipo de música:
Supermercados: La melodía mejor si es pausada para incitar a realizar compras no planificadas y ayuda a perder la noción del tiempo que permanecemos en la tienda.
Ascensores, hoteles y aviones: Usan música suave, relajada e instrumental con el objetivo de reducir el estrés y la ansiedad por llegar al destino.
Tiendas de ropa, decoración, zapaterías…: En este tipo de negocios el hilo musical, básicamente, dependerá del público objetivo al que se dirigen.
Gimnasios: La música debe ser fuerte y rápida para acelerar el ritmo cardíaco y lograr la motivación necesaria.
Sin embargo, el neuromarketing auditivo no se limita a puntos de venta sino que hay correlaciones directas con plantas de fabricación, laboratorios, centros educativos y otros.