La espiritualidad y la salud mental en los mexicanos, ¿cómo afectan o benefician el día a día?
¿Qué tan estrechamente están relacionadas la religión y la espiritualidad con el bienestar mental en América Latina y qué es responsable de esa relación? Un estudio reciente realizado por Sapien Labs reveló cómo la religión y la espiritualidad influyen en la vida de los latinoamericanos, situando al continente y a Colombia en una posición muy alta en comparación con otras regiones del primer mundo.
El estudio, titulado «Bienestar mental, religión y el amor que das», encuestó a 239,692 individuos con acceso a internet en más de 60 países, con diferentes costumbres, culturas y creencias, utilizando una evaluación llamada Cociente de Salud Mental (MHQ, por sus siglas en inglés), que evalúa 47 aspectos de sentimientos y funciones mentales que se combinan en una puntuación general de bienestar mental.
Aunque no fue sorprendente que la religión y la espiritualidad estuvieran asociadas con un mejor bienestar mental, lo más interesante fue que el impacto de la religión y la espiritualidad se debía principalmente a un mayor amor y cuidado por el bienestar de los demás, incrementado por la práctica religiosa activa.
Religión, amor y bienestar mental en México
México obtuvo un 80,04% en su escala HMQ, lo que indica un nivel alto de bienestar mental, respecto a sus indicadores también altos de amor, espiritualidad y religiosidad.
Amor a la comunidad: el 62,80% de los mexicanos tienen una capacidad de amar más allá de su círculo más cercano, frente al 28,33% de quienes solo aman a su familia y amigos, y contrastado con un 8,87% que declaran no amar a casi nadie.
Espiritualidad: Los mexicanos con tendencia a la espiritualidad alcanzan un 53,95%, en comparación con un 23,81% de agnósticos y apenas un 22,24% que representan el ateísmo.
Religión: Un 72,97% de la población mexicana declara identificarse con alguna religión y un 30,80% son practicantes activos.
Vale la pena señalar que el ateísmo no implica que no haya amor y cuidado por el bienestar de una comunidad amplia, así como la espiritualidad no lo garantiza tampoco.
Para estos resultados fueron encuestados 11.845 mexicanos con acceso a internet, de diferentes regiones, costumbres y creencias.
Hallazgos sobre la religión, el amor y el bienestar mental
El estudio de Sapien Labs destaca el hecho de profesar amor y cuidado por el otro, así como lo positivo de vivir de manera más espiritual —sin entrar en discusiones religiosas— como un acto que beneficia el bienestar mental de las personas, pues se entiende la «práctica religiosa» como aquella actividad asociada a la creencia, independientemente cuál sea, y que es opuesta al simple hecho de no creer en nada.
Por un lado, tener creencias religiosas o ser más espiritual contribuye a reducir los síntomas depresivos y tendencias suicidas, contribuye a mermar el consumo de alcohol y sustancias y contribuye a afrontar mejor momentos adversos.
En lo referente a la capacidad de amar y cuidar de otros, estudios respaldan los beneficios en cuanto al bienestar psicológico y físico. Contribuye a reducir la depresión, potencia las conexiones sociales, el sentido de pertenencia y fortalece los lazos sociales, que son indispensables para todo ser humano.
Tara Thiagarajan, PhD. Fundadora y Científica Principal de Sapien Labs, señala que la espiritualidad está asociada con un mayor grado de amor y cuidado hacia los demás, mientras los ateos tienen cinco veces más probabilidades de no amar ni cuidar a otros.
«Independientemente de la religión, la práctica religiosa activa está asociada con una mayor espiritualidad y, a su vez, con un mayor amor por los demás», detalla la experta. «Sin embargo, lo más importante es que los aumentos en el bienestar mental asociados con un mayor amor y cuidado por los demás son casi los mismos, independientemente de si se es ateo, agnóstico o espiritual, si se practica activamente una religión o si no se está asociado con ninguna».
Conclusiones generales del estudio: América Latina lidera en amor por los demás
América Latina está en en el lugar más alto, no solo en materia de actividad religiosa y espiritualidad, sino en tendencia a brindar amor y cuidado a otras personas más allá de amigos y familia (Un 66% en promedio), muy distante de otros países de Europa y Oceanía, que están en un 45% y 43% respectivamente.
De esta manera, el panorama que revela el estudio destaca lo siguiente:
• Aquellos que son espirituales aman y cuidan del bienestar de un círculo más amplio de personas, mientras que aquellos que son ateos tienen cinco veces más probabilidades de no amar a nadie.
• El aumento en el bienestar mental obtenido a través de la espiritualidad surge del aumento en los sentimientos de amor y cuidado por los demás, y la espiritualidad sin amor y cuidado por los demás no tiene beneficios para el bienestar mental.
• La práctica religiosa activa está asociada con una mayor probabilidad de espiritualidad y amor por los demás, independientemente de la afiliación religiosa.
• Las regiones más religiosas del mundo tienen un mayor amor por los demás, lideradas por América Latina, el Sudeste Asiático y África Subsahariana. Europa y Oceanía tienen el menor amor por los demás, siendo el Reino Unido y Alemania los países con los niveles más bajos entre todos los países de los que se recogieron datos.