Las alianzas siniestras de la Monina Garci Crespo
Dos mujeres unidas por la ambición
El diablo las cría y ellas se juntan
Las supuestas primas unidas por la ambición
La Garci-Crespo es una de las mujeres más ambiciosas ante la opinión pública, sus acciones han evidenciado sus bajos intereses. Todo México sabe que la politiquilla es “de lo peorsito” entre los diputados de toda su bancada. La terrible fama de persona ruin la precede y tiene que cargar con las consecuencias de sus propias acciones como una losa pesadísima que ya no pude cargar sola.
Resulta que La Monina no actúa sola, dentro de sus aliados, la más polémica relación por conveniencia y por interés es la que mantiene con María Elvira Romero Celis. La hija de la heredera universal se cambió de bando desde que sintió como una injusticia que la Señorita Socorrito no incluyera su nombre, como heredera o albacea; como sí sucedió con sus hermanos Miguel y Alfonso Romero Celis.
La hija incómoda de los Celis traicionó a su familia directa, primero extorsionando a su propia madre. Amenazó con demandarla y meterla a la cárcel sino recibía parte de la herencia de Socorrito. Pese a que Estela sí convivió de cerca con su tía abuela, no tenían un vínculo filial tan estrecho porque María Elvira jamás se relacionó laboralmente con Grupo Financiero Socorro Romero Sánchez. Lo cual quiere decir que Elvira tampoco merecía ser incluida como heredera. En eso la Monina y María Elvira se parecen.
Fue la demanda que dejó abierta María Elvira la que aprovechó la Monina para reabrir la demanda. Pero definitivamente no se trató de un descuido intencional por parte de Romero Celis; por el contrario, entre ellas se aconsejaron y vieron la oportunidad para adueñarse de la herencia. Es la ambición el único motor de este par de mujeres arribistas.
El diablo las cría y ellas se juntan… Ambas han mantenido reuniones con los abogados de la GarciCrespo, Julio y Germán Huerta Gómez desde 2016. En sus redes sociales pueden verse diversos comentarios amistosos y aprobatorios entre ambas. Las supuestas primas unidas por la ambición.
María Elvira no sólo se rebeló contra quien le dio de comer para morderle la mano; ¡Arremetió contra su propia madre! ¿Qué tipo de nefasta persona ataca a su propia madre? Hay que tener atole en las venas para realizar tal bajeza. Dios las hizo y el arribismo y la codicia las unieron. Este par de mujeres no sólo comparten intereses monetarios, también entablan una amistad cercana desde que la Monina entabló la demanda intestamentaria.