Migrantes y autoridades eclesiásticas en Ciudad Juárez, Chihuahua, denunciaron que la policía municipal entró arbitrariamente en la catedral y retiró con violencia a indocumentados que estaban dentro de un comedor, dejando al menos a uno de ellos herido.
Según los denunciantes, los policías golpearon a los migrantes y causaron miedo e indignación entre los trabajadores de la catedral. Carlos, un migrante venezolano que trabaja en la catedral, explicó que la policía los amenaza y los roba, además de faltarles al respeto.
El padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante, señaló que se trató de un hecho crítico y que ninguna autoridad debería entrar en un espacio humanitario sin una razón justificada.
El padre Calvillo afirmó que se programará un encuentro con las autoridades de seguridad para abordar este tema. También enfatizó que los migrantes no son números y que tienen derechos que deben ser respetados.
La Diócesis de Ciudad Juárez emitió un comunicado llamando al alcalde Cruz Pérez Cuellar a poner atención en la situación que viven los migrantes en la ciudad y prevenir que se repitan estos hechos lamentables.
La Casa del Migrante es un refugio para migrantes que buscan un lugar para comer, descansar y refugiarse mientras se dirigen a Estados Unidos. En su mayoría, los migrantes que acuden a la Casa del Migrante son de países como Honduras, El Salvador y Guatemala, y huyen de la violencia y la pobreza en sus hogares.
La catedral ha brindado refugio y apoyo a los migrantes durante muchos años, y ha enfrentado amenazas y ataques por su trabajo en defensa de los derechos de los migrantes.