La Unión Europea (UE) condenó la «violación» de la sede de la embajada de México en Quito durante el asalto perpetrado el viernes pasado por la policía de Ecuador para detener al exvicepresidente de este país, Jorge Glas, y remarcó «la importancia de respetar» la Convención de Viena, que regula las relaciones diplomáticas entre los Estados.
«Cualquier vulneración de la inviolabilidad de los locales de una misión diplomática infringe la Convención de Viena y debe por tanto ser rechazada», aseguraron las veintisiete naciones miembros en un comunicado firmado por Peter Stano, portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior —el cuerpo diplomático de la UE)—.
De esta forma, la UE afirmó que proteger la integridad de las misiones diplomáticas y de su personal «es fundamental para preservar la estabilidad y el orden internacional», así como fomentar «la cooperación y la confianza entre naciones».
El jefe de la diplomacia europea y máximo responsable del SEAE, Josep Borrell, también condenó este domingo en la red social X la «violación» de la embajada mexicana en Quito durante el asalto de la policía de Ecuador, que definió como «un claro incumplimiento de la Convención de Viena», y pidió «respetar el derecho internacional diplomático».
APOYO DE LA ONU Y LATAM
Fue así que las autoridades de nuestro país calificaron el asalto como una violación a su soberanía y al derecho internacional, por lo que este allanamiento a la sede diplomática también fue condenado ayer por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, así como gobiernos latinoamericanos tanto de izquierdas como de derechas.
En ese último sentido, los Estados que han apoyado a México son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Mientras que España también reprochó el actuar de Ecuador.
Tras ser sustraído de la embajada mexicana, Glas fue trasladado en avión a la cárcel de máxima seguridad de La Roca, situada en el complejo carcelario de la ciudad de Guayaquil y reservada para los presos más peligrosos.
Sobre el exvicepresidente pesaba una orden de detención y de ingreso en prisión preventiva por el caso de la reconstrucción de la provincia costera de Manabí, la más afectada por el fuerte terremoto de 2016, donde está imputado por malversación de fondos públicos.
Y es que además, Glas, También debía volver a prisión para terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas por cohecho y asociación ilícita tras no recibir el beneficio penitenciario de la prelibertad, después de haber aglutinado las dos sentencias y haber cumplido cerca de cinco años de cárcel, entre 2017 y 2022.
RESGUARDADO DESDE DICIEMBRE
Desde mitad de diciembre de 2023 se había alojado en la embajada de México en Quito para pedir asilo, que le fue concedido el viernes pasado, al declararse víctima de una persecución política y de ‘lawfare’ —utilización del aparato judicial contra adversarios políticos—.
El asilo a Glas fue otorgado por México en el momento de mayor tensión en las relaciones con Ecuador, después de que el gobierno del presidente Daniel Noboa declaró el jueves pasado a la embajadora mexicana, Raquel Serur Smeke como «persona non grata».
Y es que esta decisión la hizo en respuesta a unas declaraciones de su homólogo Andrés Manuel López Obrador, que relacionaba el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio —ocurrido en agosto de 2023— con el triunfo electoral de Noboa frente a la candidata correísta Luisa González.