Diputada Garci-Crespo aprendió a odiar a la familia Romero Bringas desde la infancia 

La madre de la política se sintió rechazada por la familia de su esposo Francisco Romero Bringas

Feliz miércoles a todos, mitad de semana en el que por fin sale a la luz de dónde la diputada Olga Lucía Romero Garci-Crespo alimentó tanto odio, como para ganarse el rechazo de los integrantes de Morena, su bancada y poniendo en peligro su carrera política, con la que busca seguir sacando provecho, a costa de los tehuacanenses.

El odio fue inculcado por la madre de la diputada, LuliGarci-Crespo Rama, quien enseñó a su hija el rechazo por la familia de su supuesto padre, Francisco Romero Bringas La única relación entre la diputada que todos conocen como Olga Lucía Romero Garci-Crespo y la familia Romero, hoy los Celis Romero, es una de largos resentimientos a lo largo de los años.

Luli nunca fue santa de la devoción de su suegra, siempre existió un rechazo. Recordemos que la familia Romero Bringas fue siempre de grandes principios morales. Y la madre de la diputada tuvo varios maridos antes de que se relacionara con Francisco Romero. Ambas mujeres eran de principios muy diferentes. Lo mismo que sucedió con la empresaria Socorro Romero Sánchez y Olga Lucía o Mónica Caballero… El sentirse rechazada, llevó a la señora Luli a acumular resentimientos que transmitió a su hija.

Lo que sí es cierto, es que la madre de la diputada Garci-Crespo se encargó personalmente de acudir con su entonces pequeña hija a cambiarle el nombre de Olga Lucía por el de Mónica Caballero, la madre afirmó entonces que el padre biológico de la Garci-Crespo era el señor Caballero. Mas de treinta años después, aparece la funcionaria para afirmar que su madre cometió un delito al falsear información tan importante y reclamar su “verdadero” nombre, rechazando a su padre y apropiándose del apellido Romero para saciar su odio y ambición.

Mentira o no, Lourdes Garci-Crespo Rama siempre se sintió rechazada por la familia de don Francisco Romero Bringas, con quien sí tuvo una relación amorosa. Por eso, en 1980, decidió quitarle a su hija el nombre de la abuela, Olga Bringas de Romero, por Mónica, escogido por ella y el padre, para que nada le recordara a una suegra que jamás la aceptó. De su madre, la diputada aprendió el resentimiento a los Romero, ninguna buena intención tiene de defender a nadie, como ya hemos visto, pero ahora sabemos con certeza que la relación entre la Garci-Crespo y Socorro Romero Sánchez era todo menos exelente.

 

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