Incendian con corrupción a SAPASA

 

  • Funcionarios deshonestos crearon una red de corrupción 
  • Buscan tapar sus fechorías ante reacción de pedro rodríguez

 

Funcionarios deshonestos que construyeron una extensa red de corrupción se devoran al organismo de agua potable SAPASA. Corren a algunos recomendados y, ahora buscan tapar todas las anomalías cometidas, esperando los que todavía quedan, seguir realizando la sangría y disfrutar de impunidad.

La corrupción es tan elevada que funcionarios del Ayuntamiento están involucrados en perversos negocios con y sin autorización de Presidencia.

Tan es así, que dos computadoras del organismo del agua, en las que había información comprometedora sobre cuentas alteradas, compras infladas, pagos por servicios y productos que nunca se proporcionaron a SAPASA, entre otras cosas, fueron robadas, con el fin de eliminar toda evidencia de esas fechorías.

La desaparición de ese equipo de cómputo, representa el altísimo grado de corrupción que construyeron los que han hecho de SAPASA, su mina de oro y que tienen miedo de perder las jugosas ganancias que han estado acumulando, por reacciones que este desorden ha provocado.

Mientras SAPASA se debate entre la vida y la muerte, porque su nivel de recaudación es el más bajo de los últimos 4 años, mientras el de corrupción es el más alto y escandaloso que se ha tenido durante la administración de Ruth Olvera Nieto y estos 6 meses de la administración que corre, hay quienes se siguen despachando con la cuchara grande, para volverse ricos al amparo de un cargo público.

Cómo estará la corrupción, que la primera síndica Silvia Márquez Velasco, quien participa en el organismo como encargada de la comisaría dentro de éste, a través del consejo directivo de la dependencia, se ha negado a firmar las actas, donde salen a relucir todas las tropelías, saqueos, números maquillados, latrocinios y demás, que provocó su recomendada y protegida, María Luisa Gudiño Aguilar “Malú”, quien fungió como Subdirectora de Administración y Finanzas y que tienen a SAPASA en la antesala de su destrucción.

Tal pareciera, que los funcionarios a los que el gobierno de Pedro Rodríguez les brindó su confianza, se empeñan en defraudarla, como el subdirector de operaciones Luis Elías Ramírez, quien en 15 años de ocupar un cargo en esa institución, salió bueno para la transa, involucrándose en negocios turbios con proveedores, así como con la realización de obras y proyectos. Ya se frota las manos con el Programa de Obras que tiene en el tintero por más de 130 millones de pesos.

En tanto, el dirigente municipal del PAN Aldo León, fue nombrado subdirector general del organismo haciéndose de dinero con las pipas y tomas clandestinas que se manejan, y por si ello no le llenara el bolsillo, su única labor es la de cobrar puntualmente su sueldazo de 90 mil pesos mensuales, sin siquiera presentarse a trabajar.

En la infernal red de corrupción que prevalece en la dependencia, el jefe de Adquisiciones David Mercado, se dedica a exigir dinero a los proveedores y a inflar hasta en un 200 por ciento los costos de los productos y servicios que se brindan a SAPASA.

También entra en esa esfera siniestra Julio Martínez, hoy “asesor” del edil Pedro Rodríguez y quien sin tener conocimiento de lo que es el trabajo en SAPASA, decide los movimientos de personal en el organismo, señalando con su poderoso dedo índice, quién puede ingresar a trabajar y a quién hay que darle “las gracias”.

Uno más de la red corrupta, es el titular del área jurídica, Marco Tulio Lozada, hijo del ex alcalde Francisco Lozada, uno de los que perdieron su equipo de aviadores, y quien actúa como obstáculo contra los ciudadanos que no se dejan y defienden sus derechos, a quienes les vende la idea de no interponer ninguna queja en la Contraloría Interna, por los ajustes en sus recibos de agua y por cualquier inconformidad que éstos tengan, como sucede también cuando les llegan cobros excesivos y su consumo no corresponde a lo que SAPASA les pretende cobrar.

Con el apoyo de Lozada, el subdirector comercial Arturo Fernández Ramírez, se siente protegido y gracias a ese respaldo del titular del jurídico, promueve el coyotaje, para que el usuario deje su dinero entre los funcionarios y no en las arcas del organismo.

Además, dicho funcionario pone toda clase de filtros para evitar la entrada de una empresa que se encargará de la cobranza, sencillamente porque se le terminaría el negocio. Negocio que trae una cola muy corta que sube del primer piso del Palacio Municipal al segundo nivel.

Y así las cosas, en el camino también hay personas que han sido defraudadas por los impulsores de esta red de corrupción, como en el caso de David Guzmán, sobrino del jefe de la oficina de la presidencia, Wilfrido Torres, el cual ya se veía como director de SAPASA y vendió plazas a gente del municipio de Cuautitlán Izcalli, pero como no quedó al frente de la dependencia, los que le pagaron con la esperanza de integrarse a trabajar ahí, vieron volar su dinero.

Entre los ahora exfuncionarios que contribuyeron a armar la red de corrupción, se encuentra también María Luisa Gudiño Aguilar “Malú”, una priísta que también tenía un equipo de aviadores y que junto con el coordinador de administración del organismo, Israel Aceves, hacían compras a precios exorbitantes y le pedían la clásica mochada a los proveedores.

Finalmente, el organismo de agua de Atizapán, tristemente se ha convertido en botín de lobos con disfraz de ovejas, de gente sin escrúpulos que no busca el bien de los usuarios sino exprimir al máximo a SAPASA como un lucrativo negocio, al que se saquea impunemente.

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