GOBIERNO DE CALIDAD/ La brecha de género surge en el hogar

Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas

Las mujeres ganan alrededor del 82% de lo que ganan los hombres. Esa brecha apenas se ha reducido en los últimos 20 años. Aunque existen muchas causas, las últimas investigaciones sugieren que tal inequidad aparece desde casa.

Por sorprendente que parezca, los padres actúan de maneras que desafían o refuerzan la economía de género y aún existe un largo camino para cerrar la brecha salarial de género.

En muchos casos, las mujeres carecen de las mismas oportunidades educativas. Eso a menudo tiene que ver con las decisiones de los padres sobre el gasto. Y eso afecta el género del niño a esas decisiones.

Ahora, a medida que las mujeres ganan más voz en la toma de decisiones del hogar, el gasto familiar en hijas puede aumentar e incluso producir más igualdad de género en la próxima generación. Este círculo virtuoso podría ayudar a cerrar las brechas de género en la escolarización y la atención médica que son generalizadas en los países en desarrollo.

Los patrones educativos se forman cuando somos niños, también lo son muchos de nuestros puntos de vista.

Varios otros factores también están correlacionados con las actitudes de los roles de género. Para los niños, crecer en un hogar con un ingreso más alto y estable se asoció con actitudes de género más liberales. Los niveles de educación de una madre y sus propias actitudes de género parecen tener un efecto particularmente fuerte en las opiniones de sus hijas.

Asimismo, las mujeres con educación universitaria y su búsqueda de identidad, empleo significativo y familia, el precio de la equidad es muy alto.

La brecha de ingresos de género se amplía mucho con el tiempo para estas mujeres. Se ensancha en el momento del matrimonio y en varios eventos alegres, como tener hijos.

Las afirmaciones de que esta brecha se debe principalmente al sesgo del mercado laboral alcanzan ya un punto álgido. No hay duda de que existe mucho mal comportamiento en nuestros lugares de trabajo, y debemos hacer todo lo posible para eliminarlo, pero esta no es la causa principal de la desigualdad de ingresos de género. Más bien, la causa es la misma que produce la inequidad de pareja.

Entre la mayoría de las parejas altamente educadas con carreras e hijos, la mujer es el profesional que está de guardia en casa, mientras que el hombre es el profesional que está de guardia en la oficina. Y en consecuencia, él gana más que ella.

A veces, esta diferencia de ganancias es mucha. Esto da lugar a la brecha de género, y produce inequidad de pareja.

Los estudios de diversas ocupaciones sugieren que el costo de la flexibilidad es particularmente sustancial en algunas carreras. A veces esto se explica por menores jornadas de trabajo.

Cuando decimos que las mujeres trabajan menos horas, todavía son alrededor de 45-50 horas semanales. Simplemente no trabajan donde exigen horas súper largas. Y la penalización en estos sectores por tomarse un tiempo libre es dura.

Ahora, la capacidad de las personas para trabajar a tiempo parcial es limitada. Y la mitad de las mujeres que dicen trabajar a tiempo parcial trabajan por cuenta propia. Ante esto, urgen políticas de flexibilidad laboral, pero también una equidad en las inversiones a hijos e hijas y en analizar la equidad de género en las parejas.

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