La familia es sagrada para Socorrito Romero Sánchez

 

Tranquilidad y buen ánimo rondan a la familia de Socorrito Romero Sánchez

México es un país de tradición familiar por excelencia. La base de una sociedad sana es la familia. Para Socorrito este conjunto social llamado familia era sagrado, siempre. Ha más de una década de la muerte de la Señorita, la familia Romero Celis, sus deudos y seres más cercanos, conservan la sacralidad familiar a toda costa.

Una vez que las persecuciones, de carácter político de los que fueron víctimas los Romero Celis, la familia resistió estoica y jamás emprendió acciones ilegales o ataques contra la familia de su oponente legal, la diputada Mónica Caballero Garci-Crespo, como sí lo hizo ella con su intimidación. El seguimiento a la familia afectó a la heredera, Estela Romero, de 84 años de edad, que forma parte de la población vulnerable por su edad. Los albaceas legales, Miguel y Alfonso Romero Celis, sus esposas y; lo más injusto, Alfonso Celis hijo, un total inocente se vio afectado en medio del conflicto hereditario.

La diputada que hoy todos conocen como Olga Lucía Romero Garci-Crespo pasa por encima de su propia familia. Ya negó al señor Caballero Albarrán como padre, sea o no su padre biológico, la sostuvo económicamente toda su vida, la heredó y le dio el amor de un padre diente. Amor que ella despreció y ultrajó al declinar su apellido, para ir a cazar otra herencia. La familia no es importante para la diputada, por lo tanto, está en contra de la preservación de la vida.

Y es que el conflicto hereditario de la Señorita Socorrito Romero es un conflicto familiar de los Celis Romero con una aparente sobria que, aunque fuera un lazo sanguíneo auténtico el que las une, no fue beneficiada con la herencia de Socorrito, como no lo fueron otros sobrinos, hermanos que no trabajaron en la industria avícola, por el solo hecho de la libertad de Socorrito para dejar su fortuna a quien ella quisiera, como sucedió.

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