En Acapulco, la escasez del transporte público persiste debido a la violencia contra el gremio, lo que ha llevado a una paralización parcial del servicio por cuatro días consecutivos.
Los usuarios continúan enfrentando dificultades para desplazarse a falta de camiones y taxis en algunas de las rutas más transitadas.
Por su parte, las autoridades desplegaron a elementos de la Guardia Nacional para proporcionar servicios de traslado a los usuarios, especialmente en las áreas donde la presencia de transporte público es mínima.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la falta de vehículos disponibles sigue siendo un desafío significativo para la población.
La escasez de transporte también ha generado un aumento en las tarifas, con denuncias de que algunos taxis colectivos están cobrando hasta el doble del precio oficial en ciertas rutas.
Esto está ejerciendo una presión adicional sobre los usuarios, muchos de los cuales se ven obligados a caminar largas distancias o recurrir a opciones de transporte más costosas para poder desplazarse por la ciudad.
Las razones detrás de esta crisis son los recientes incidentes de violencia, como el incendio de un camión y el ataque armado contra un taxista, perpetrados por grupos delictivos.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades federales, estatales y locales para garantizar la seguridad en las rutas de transporte, muchos transportistas aún se sienten inseguros y han optado por detener sus actividades laborales hasta que se brinden garantías adecuadas de protección.