Pobre de los pobres
PULSO
Eduardo Meraz
Mientras el presidente totalmente Palacio Nacional está más interesado en iniciar pleito contra el abogado de Genaro García Luna o en entregarle contratos multimillonarios a las dictaduras de Cuba y Nicaragua, la pobreza sigue ganando terreno entre la población.
De acuerdo con el reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de poco o nada ha servido tener un peso “fortachón” o los aumentos significativos al salario mínimo, si cada vez es mayor el número de mexicanos a los cuales sus ingresos les son insuficientes para acceder a la canasta básica, a la par del deterioro en los servicios de salud y educación.
Entre 2018 y 2020, casi 4 millones de personas más ingresaron al rango de pobreza y alrededor del 70 por ciento de la población vio disminuidos sus niveles de vida. Es decir, tampoco han contribuido a disminuir desigualdades las limosnas de los programas sociales y las remesas del exterior, estimadas ambas en alrededor de 1.5 billones de pesos el año pasado. Si acaso han servido para impedir un colapso social.
En otras palabras, la política económica instrumentada durante el cuatroteísmo, supuestamente orientada a dar prioridad en la atención de los sectores menos favorecidos, en vez de moral es más inmoral que la del neoliberalismo, al volver más ricos a los ricos y ensanchar el número de pobres.
Tal situación está lejos de la preocupaciones y ocupaciones del mandatario sin nombre y sin palabra, para quien lo verdaderamente importante es la conclusión de sus obras insignia, cuyos sobrecostos -del doble de lo originalmente presupuestado- los habremos de pagar los ciudadanos, a costa de nuestros niveles de vida, como revelan las cifras del Coneval.
Y del prometido Estado de bienestar, como el de Dinamarca, mejor olvidarse, pues de acuerdo con una reciente estudio de la Organización de las Naciones Unidas México tenía un desarrollo humano ascendente hasta 2018, año a partir del cual ha perdido 12 lugares.
Si a ello se aúnan datos recientes del Banco Mundial en el cual revela como la mala gestión de la pandemia de parte de muchos países, como México, en el terreno educativo, tendrán impactos negativos tanto en la formación de los estudiantes como en su nivel de ingresos al incorporarse al mercado laboral.
Aspecto que no le quita el sueño al habitante del palacio virreinal, pues con su asesor estrella venezolano, los planes de estudio incorporarán la lectura obligatoria, en educación básica de textos marxistas que, con toda seguridad, serán de gran utilidad para que las futuras generaciones dejen de pensar en volverse aspiracionistas, fifis o de clase media.
Así, la principal preocupación de los pobres no es cómo alimentarse bien, sino empezar a hacer una coperacha para que el presidente sin palabra y -dice- sin dinero pueda defenderse de la presunta difamación de la cual fue objeto durante el juicio en Estados Unidos contra Genaro García Luna.
Porque el mandatario mexicano, que vive en un palacio es pobre, no obstante que tuvo ganancias por 3 millones de pesos con la venta de su último libro, ingresos que no reportó al SAT ni pagó los impuestos correspondientes. Es decir, es el pobre de los pobres.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Si para el senador Ricardo Monreal en su encuentro con el canciller Marcelo Ebrard, la política exterior de México recobró decoro y dignidad, la aceptación en territorio nacional de 30 mil migrantes centroamericanos cada mes y los casi 30 mil elementos del orden para resguardar las fronteras ¿cómo se deben interpretar?
@Edumermo