Basura electrónica; “la nueva pandemia” de contaminación mortal en cenotes y subsuelos
Los residuos electrónicos albergan una serie de materiales peligrosos altamente contaminantes; como metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, cromo, arsénico o antimonio, los cuales causan daños a la salud y el medio ambiente. Los cenotes y subsuelos de la península de Yucatán viven este “envenenamiento”; las ONG, ni ven ni oyen; porque no hay intereses de corporativos políticos, empresariales y económicos; además las fábricas tecnológicas son extranjeras y se vuelven intocables.
CDMX. Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, se generan cerca de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos al año. Y la mayoría no pasan por el sistema de reciclaje óptimo para el medio ambiente; lo que puede llegar a afectar a la salud de los humanos. Situación alarmante que desde el 2018 Yucatán ha visto el imparable avance de contaminación en sus cenotes y subsuelos por la basura electrónica.
Hasta el día de hoy ninguna ONG ha denunciado la mortal contaminación de las aguas y de los cenotes por la nueva pandemia ecológica que es “la basura electrónica”. Fabricada por las grandes potencias europeas, orientales y estadounidenses y en el fondo sus razones tendrán; simplemente es porque por ellos sobreviven como “empresas civiles”. Se cumple el dicho popular, “no dan paso sin guarache”, o como dicen…cáete.
Los últimos años han estado marcados por un fenómeno indiscutible, es el creciente ritmo al que evoluciona la tecnología. Esta velocidad imparable a la que los dispositivos que utilizamos mejora; hacen que al poco tiempo de disponer de ellos tengamos que cambiarlos. A veces por simple capricho, otras por necesidad; ya que el avance imparable de tecnología hace que nuestros aparatos se queden obsoletos muy rápidamente. Desechamos a diario toneladas de productos electrónicos. De hecho el PNUMA -Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas- calcula que se generan en todo el mundo cerca de 50 millones de toneladas de aparatos electrónicos que son desechados anualmente.
Estos, son complejos, y en su interior albergan una serie de materiales altamente contaminantes y que en muchas ocasiones van a parar a los lugares más insospechados. Así en los residuos electrónicos encontramos materiales peligrosos como metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, arsénico o antimonio, los cuales son susceptibles de causar diversos daños para la salud y para el medio ambiente.
En especial, el mercurio produce daños al cerebro y el sistema nervioso. El plomo potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio. El cadmio, puede producir alteraciones en la reproducción e incluso llegar a provocar infertilidad. Y el cromo, está altamente relacionado con afecciones en los huesos y los riñones. Por poner algunos ejemplos, un solo tubo de luz fluorescente puede contaminar 16.000 litros de agua; una batería de níquel-cadmio de las empleadas en telefonía móvil, 50.000 litros de agua; mientras que un televisor puede contaminar hasta 80.000 litros de agua.
Basura electrónica contamina más a cenotes
Los mexicanos usan cenotes como basurero, encuentran basura electrónica y hasta refrigeradores; se extrajeron 6 toneladas de basura de los cenotes en Yucatán, misma basura que pone en riesgo su flora y fauna, la falta de conciencia podría dejar sin agua los cenotes.
Iván Vázquez, restaurador del Manglar “El Corchito” Parque Natural, lamentó que la gente tenga tan poco respeto por lugares como los cenotes.
De acuerdo con investigadores y autoridades ambientales, la acumulación de toneladas de residuos sólidos provocan la interrupción de flujos de agua en los cenotes y manglares.
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“Le va quitando hábitat y hay que pasar por ahí y darte cuenta que ni agua hay, está seco y ves las llantas de coches tirados, refrigeradores tirados”; la basura podría contaminar con eso residuos tóxicos los mantos freáticos.
En 2018 se sanearon en Yucatán 60 cenotes, de los 3 mil que existen en los 106 municipios. Se extrajeron más de 32 toneladas de basura. Algo relevante que en 2019 se retiraron de 9 cenotes 6 toneladas, en gran parte de basura tecnológica, como baterías, celulares, televisiones y piezas electrónicas.
En 2020 La Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán activo la edición 2020 del Reciclatón. Logrando reunir un total de 21 mil 750 toneladas de desechos electrónicos, lo que equivale a 107. 07 metros cúbicos de desechos.
El programa se llevó a cabo en 20 sedes, distribuidas en todos los rumbos de la capital yucateca, a donde cientos de personas acudieron a depositar esta clase de basura, en su mayoría residuos informáticos, pantallas de televisión, celulares y controles remotos, hasta monitores, unidades centrales de procesamiento, laptops, licuadoras y tenazas para el pelo, entre otros dispositivos inservibles. Informó Sayda Rodríguez Gómez, titular de la SDS, que esta acción contribuye al cuidado del medio ambiente, pues se trata de “desechos que requieren de una disposición adecuada, ya que son altamente tóxicos y nocivos para la salud” y atajar a tiempo vayan a parar a los cenotes.
“Estos aparatos tienen metales pesados cancerígenos y, al no existir un lugar dónde depositarlos, la gente los deja en las calles, por lo que terminan en los montes, en los cenotes; provocando daños considerables al entorno”.
Cabe destacar que el 60 por ciento de los cenotes yucatecos están contaminados de suma importante por basura. De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán, el 60 por ciento de los 2 mil 241 cenotes en el estado presentan problemas de contaminación pues están llenos de basura de todo tipo y desperdicios.
En Yucatán, desde llantas; computadoras; baterias y hasta bicicletas, kilos y kilos de basura son retirados año con año de los cenotes, maravillas naturales de la entidad.
En lo que va del 2021, ya fueron retiradas más de 5 toneladas: más de 5 mil kilogramos de residuos en estos cenotes de Yucatán, de acuerdo a los resultados del programa denominado “Recuperación Integral de Cenotes y Grutas del Estado”.
“La problemática que observamos en general con estos recursos naturales, que son denominados cuerpos kársticos, es que al no ser valorados de una forma como lo eran antes, consideramos, pues empiezan a ser depósitos de residuos sólidos, la mayor parte de las veces, y esto a veces es a propósito, se usan como área de depósito y otras tantas, la mayoría de las veces, lo que sucede es que los residuos se dejan tirados por todos lados y llegan a ser depositados, por el agua, el aire y demás en estos sitios”.
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En lo que va del año, se han limpiado 24 cenotes en 17 municipios; en los últimos tres años, suman ya 59. El 80% de estos cuerpos de agua que son saneados, se encuentran en zonas rurales.
“En mi haber, he saneado aproximadamente 140 cenotes, ha habido unos realmente impresionantes, que hemos sacado toneladas. Por ejemplo, el cenote de Tabi, que es comisaría de Sotuta, lo hemos limpiado tres veces, la primera ocasión sacamos, creo que más de 2 toneladas de basura, es un cenote impresionante, monumental; y así puedo citar muchísimos cenotes, es impresionante lo que hemos encontrado. Del cenote en Chen Há, en la comisaría de Dzityá, se sacaron 2 toneladas, la hemos limpiado muchas veces y cada vez que vamos volvemos a sanear”.
El cenote de Chen Há, uno de los últimos saneados este año, comenzó a ser rescatado en 2006.
A diferencia de zonas turísticas, de la región conocida como Anillo de Cenotes, como son los municipios de Homún y Cuzamá, donde la mayoría de estos cuerpos de agua lucen cristalinos, en los cenotes de zonas rurales, son los propios habitantes la principal fuente de contaminación.
“En residuos encontramos muchas cosas, la mayor parte de las veces son empaques, botellas, cubetas, las cosas más comunes que sacamos, pero otras tantas son residuos que pueden ser muy peligros, para una gran cantidad de agua, como pueden ser pilas, celulares, electrónicos, cables. Afirma Sergio Grosjean, director de Expedición Grosjean
Nueva pandemia ecológica; basura electrónica
No obstante, del mismo modo, en la basura electrónica, encontramos una gran variedad de materiales y plásticos valiosos. Hasta 60 elementos de la tabla periódica pueden hallarse en la electrónica compleja. Muchos de ellos son técnicamente recuperables, aunque existen límites establecidos por el mercado. Los desechos electrónicos contienen metales preciosos incluyendo oro, plata, cobre, platino, y paladio, pero también un valioso volumen de hierro y aluminio y plásticos, que pueden reciclarse.
Las estimaciones calculan que de los desechos electrónicos pueden obtenerse hasta 55.000 millones de euros al año en materiales. De acabar en el lugar adecuado, en vez de resultar perjudiciales, podrían ser una fuente inestimable de riqueza, por ello la próxima vez que cambies de teléfono, ordenador o televisor, es importante llevarlo a un punto adecuado de recogida y no sean su destino las aguas subterráneas de los cenotes; contaminándose silenciosamente.
La Contaminación del Suelo por basura electrónica, es una nueva Pandemia Ambiental. Siempre que se habla de contaminación de suelos pasamos a pensar en los tipos clásicos, y especialmente en la química y la biológica. Empero el progreso tecnológico parece inducir un incremento de la diversidad y complejidad, no solo social o de otra índole, sino también de los productos de desecho que generan y contaminan tanto nuestro cuerpo, como a la naturaleza misma. No es de extrañar, que la nueva clasificación de la FAO (WRB) haya tenido que crear el taxón tecnosuelos, que puede subdividirse en otros muchos taxones.
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La contaminación por residuos electrónicos está alcanzando una magnitud alarmante. Y lo peor es que suele exportarse a los países pobres bajo el lema: ¡Qué se contaminen ellos! Y luego hablamos de luchar contra la degradación ambiental. No contentos con contaminarnos nosotros echamos la basura a los desheredados. Esto es lo que la economía globalizadora ofrece.
El caso de la contaminación por basura electrónica es uno entre otros muchos. El ejemplo de Estados Unidos es más que vergonzante, pero nadie quiere responsabilizarse. Veamos de qué estamos hablando y cuál es su magnitud. Eso sí, ahora “mola”, apelando a la acronimofilia, hablar de ciberresiduos: ¿En que trabaja usted?: Investigo sobre ciberresiduos. ¡Imponente!. También se la llama eufemísticamente la basura del siglo. Muy postmoderno el término. Y algunos ya ven un nuevo negocio. Tal ceguera selectiva comienza a ser la norma.
Bajo el necesario consumismo que impone la economía global-devastadora, uno debe cambiar tanto de móvil, como de aparatos relacionados, cada dos por tres. Lo mismo ocurre con los PC, PDA, etc. Tales artefactos llevan substancias contaminantes de diversa índole (mercurio, plomo, cadmio, etc., etc.) que contaminan gravemente suelos y aguas, y la cadena trófica de los ecosistemas, afectando a la salud, no solo de los recicladotes, sino de la población en general.
La extensión de los vertederos o basureros crece a un ritmo más alto que el de la población, comenzando a ocupar extensiones impensables tan solo hace unos decenios. Bajo la hipocresía imperante, no es de extrañar que dentro de poco se cree una ONG bajo el lema de “Basuras Unidas y Solidarias”. Eso si basuras muy contaminantes y ricas en vitaminas tóxicas. Ni se la creen.
La población de los países receptores es la encargada de “reciclar” tales productos. Pero claro está, sin medida alguna (o en el mejor de los casos insuficientes) y con un total desconocimiento de lo que “tienen entre manos”.
La basura electrónica: computadoras, teléfonos celulares, televisiones; es decir que el progreso tecnológico ha contribuido a aumentar la diversidad y complejidad de los desechos que contaminan el medio ambiente. El gran crecimiento en la producción de aparatos eléctricos y electrónicos que, gracias a la innovación tecnológica y la globalización del mercado, acelera su sustitución y por lo tanto su desecho, lo que produce diariamente toneladas de basura electrónica.
En México se tiene poco conocimiento del problema. Una encuesta efectuada en 2006 por Ipsos Mori en nueve países indica que apenas 43% de mil encuestados sabía que las computadoras personales y otros aparatos electrónicos contienen materiales dañinos para la salud humana y su entorno.
Metales que matan en la basura electrónica
El Instituto Nacional de Ecología estima que el volumen de desechos se incrementó 167% entre 1998 y 2006. Actualmente, se estima que en México se generan entre 150 mil y 180 mil toneladas por año, cifra que equivale a llenar hasta cinco veces el Estadio Azteca, lo que muestra la magnitud del problema. Uno de los aspectos más delicados es el vacío de información acerca de los patrones de consumo, el destino final de los desechos electrónicos y la falta de infraestructura formal para su adecuado manejo en las diversas etapas.
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El problema aumentará con la aparición de las computadoras y televisiones de alta definición. Se cree que 25 millones de televisores se desechan cada año, y que en el caso de los teléfonos celulares la cifra es aún mayor. En el año 2005 se eliminaron 98 millones de aparatos en Estados Unidos, y si se suman todos los desechos electrónicos, se calcula que 45 millones de toneladas métricas anuales se producen en todo el mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Los aparatos electrónicos provocan una enorme contaminación atribuida al tipo de sustancias que se utilizan en su fabricación. En la manufactura de las computadoras y electrodomésticos se emplean frecuentemente dos grupos de sustancias que son nocivas para la salud humana y para el ambiente: los compuestos orgánicos policromados, llamados también retardadores de flama (bifeniles polibro minados o éter difenil hexavalente), que se usan como aditivos en los plásticos, y metales pesados como plomo, mercurio, cadmio y cromo en la elaboración de los dispositivos electrónicos. Además, contienen oro y arsénico, por lo que la contaminación por residuos electrónicos está alcanzando una magnitud alarmante. Según los estudiosos, tales materiales contaminan el suelo, el agua, el aire y en general los ecosistemas, y representan un problema de salud para la población que todavía no ha sido percibido como tal en algunas regiones, ni considerado en los planes de desarrollo para su adecuado manejo.
El problema es aún más grave en los países receptores de esta basura electrónica. En la India, China y África se “recicla” la mayor parte de la basura electrónica que se genera en Estados Unidos, donde se le procesa para recuperar el plomo, oro y otros metales valiosos. Pero en ese proceso, elementos como el cadmio o el mercurio contaminan el suelo y el agua. En realidad, el “reciclado” de equipos que realmente son inservibles es mínimo y la mayor parte van a los basureros a cielo abierto. Carrol publicó un artículo en la edición en español del National Geographic. En el describe la situación tan lamentable que ocurre en Nigeria, país que recibe toneladas de equipos inservibles y que carece de la infraestructura para reciclar componentes electrónicos.
Imparable contaminación: reciclar y usar
En las grandes ciudades, sólo 11% del material electrónico generado se recicla, frente a 28% de otros tipos o clases de basura; el resto termina en basureros. Por consiguiente, hay filtraciones de plomo, cadmio y mercurio a las aguas subterráneas, aunque no se sabe en qué medida. Los efectos adversos asociados a tales sustancias en la industria se han estudiado y se encuentran ampliamente documentados en la literatura científica. Se han identificado doce sustancias a las que se conoce como contaminantes orgánicos persistentes, o COP.
México, Noruega y la Unión Europea han propuesto otras, como el lindano, el pentabromodifenil éter y el hexabromobifenilo, para que sean sometidas a revisión por parte del Comité de Revisión de COP, órgano subsidiario del mencionado Convenio. El cual México forma parte a través del Instituto Nacional de Ecología (I N E) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Empresas como H P, Intel, LGE, Nokia, Toshiba, Samsung, Dell y Sony, están intentando reducir o eliminar algunos de los químicos más peligrosos de los equipos desde el año pasado. También esperan suprimir el PVC (policloruro de vinilo) y los retardantes de flama bromados. La empresa DELL pone en práctica la reutilización de componentes informáticos a través del reemplazo de alguna pieza. Para lo cual envía a uno de sus técnicos con instrucciones de llevarse la pieza defectuosa para su reuso o reciclado. Recientemente, en las cotizaciones de equipos se han incorporado piezas libres de plomo, como tarjetas inalámbricas. Sin embargo, aun durante la producción de los chips para computadoras y otros componentes se siguen utilizando solventes volátiles, metilcloroformo y metales tóxicos, como arsénico, cadmio y plomo.
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Normalmente, cuando un equipo es obsoleto se regala o tira, porque la gente desconoce que una computadora caduca por partes. Salta a la vista que sería deseable separar y clasificar los componentes de los equipos de cómputo antiguos, es decir, “separar las partes útiles de las computadoras y periféricos, tarjetas de video, tarjetas de red, motherboard, procesadores, puertos USB, modems, fuente de poder, discos duros, memoria, cables, conectores de drives, chasis, etc.”. Para evitar en lo posible los efectos adversos para el medio ambiente relacionados por el destino final en basureros de los componentes antes mencionados. Para ello, el gobierno mexicano está promoviendo el negocio de reciclado. Sobre todo, aunque también promueve leyes para exhortar a los ciudadanos a que procesen correctamente su basura individual.
Se ha detectado que, con la globalización, muchos de los artículos baratos que se venden en todo el mundo contienen plomo u otros elementos tóxicos. Entre ellos están las “joyas” hechas en China que se comercializan en Estados Unidos y México. Estas contienen plomo, estaño y cobre, cuyo origen, por ejemplo, es la soldadura empleada en la fabricación de los tableros de circuitos electrónicos. Así que los materiales con plomo que Estados Unidos exporta a China regresan a ese país. Luego también regresan a nuestro mercado y seguir contaminando indiscriminadamente.