La diputada del Partido del Trabajo (PT), Magdalena Núñez Monreal, propuso reformas a la Ley del Impuesto al Valor Agregado, a fin de reducir la actual tasa general del IVA del 16 por ciento a sólo 10%; asimismo, con la modificación se eleva del 16% al 21% los bienes suntuarios o de lujo, como son los yates y embarcaciones navales usadas para fines de recreación o los vehículos automotores con valor superior a dos mil salarios mínimos diarios.
“Este aumento del 21 por ciento también aplicaría para aquellos productos o servicios que tienen impactos negativos sobre la salud humana, como las bebidas alcohólicas de todo tipo o los cigarrillos y demás productos de tabaco, incluyendo los sustitutos artificiales de los mismos”, detalló.
La congresista por la Ciudad de México urgió a impulsar un cambio en la política fiscal, en la ruta de aliviar la carga tributaria a las familias más pobres. “El IVA es un impuesto regresivo que castiga más, en términos absolutos, a los hogares o consumidores de menores ingresos, quienes pagan la misma tasa que los de ingresos más elevados, lo que crea una evidente inequidad social”.
La legisladora federal argumentó que con la disminución de este impuesto se ayudaría a reducir de inmediato la significativa inflación en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), permitiendo a la vez que los hogares mexicanos de todos los estratos sociales, pero especialmente los más pobres, disfruten de una mayor capacidad de compra.
Al respecto, la petista indicó que la experiencia internacional muestra que este tipo de ajustes fiscales es favorable y permite a ciertos sectores salir más rápido de la pobreza. “Diversos países, particularmente en el ámbito europeo, están reduciendo el IVA para enfrentar la inflación”.
Agregó que si bien se podría alegar que la reducción del IVA podría traerá consecuencias adversas a la recaudación tributaria, estos argumentos no se sostienen de forma general y absoluta, pues al contar con mayores ingresos los consumidores estarán en condiciones de adquirir más bienes y servicios, redundando así en el aumento de transacciones de compra-venta y por ende en mayor recaudación del IVA.
“Por otro lado, se justifica introducir un aumento a la tasa del IVA cuando se trate del consumo de aquellos bienes y servicios que está demostrado que acarrean perjuicios a la salud o que son bienes de lujo, que sólo los grupos más acomodados de la sociedad pueden comprar. Lo anterior elevará la recaudación tributaria, sin perjudicar a los hogares menos favorecidos”, concluyó.