GOBIERNO DE CALIDAD/ Las mejores universidades

Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.
En México asumimos que las universidades privadas más caras son las mejores. Pero esto no resulta cierto en todos los casos.
Antes de proseguir, conviene analizar qué ocurre en Estados Unidos. No hay duda de que una licenciatura puede aumentar sustancialmente las ganancias de por vida de una persona, pero los estudiantes en Estados Unidos que asisten a diferentes universidades ganan cantidades muy diferentes. Los estudiantes que asisten al MIT obtienen un ingreso anual promedio de 111,222 tan sólo 10 años después de inscribirse, mientras que los que asisten al estado de Alabama obtienen solo 32,084 dólares anuales.
¿A qué se debe esta disparidad? ¿Ocurre igual en las universidades mexicanas? En general, los mejores indicadores del beneficio real de una universidad para los estudiantes son su gasto en instrucción, énfasis en especializaciones en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) y las tasas de graduación que presentan.
Una realidad poco divulgada, o sistemáticamente callada, es que las mejores universidades tienen la capacidad para inscribir a los mejores estudiantes, esos a los que les irá bien sin importar a dónde asistan.
Lo que resulta relevante es que las especializaciones STEM tienden a tener un mayor valor agregado en las ganancias de sus graduados.
Ahora, a nivel internacional, también hay una «modesta prima de selectividad» en los primeros años de un graduado en el mercado laboral, pero desaparece rápidamente. Sin embargo, las universidades con mayores gastos de instrucción y mayores tasas de finalización producen ganancias duraderas en los ingresos. Un aumento de 10 puntos porcentuales en el valor agregado al finalizar el grado predice un aumento de 3,000 dólares en el valor agregado de las ganancias, encuentran.
Esto significa que en la elección de una universidad deben analizarse factores tan diversos como la conformación del personal docente y la experiencia laboral de éste, las clases extracurriculares y participación y desempeño en competencias diversas como juicios orales en universidades de Abogados, por ejemplo.
Contar con una amplia oferta curricular también cuenta: centro de idiomas, intercambios con otras universidades, acuerdos con distintos organismos para promover pasantías y prácticas profesionales, y enriquecer la bolsa de trabajo, son características que deben considerarse.
Por otra parte, es muy importante la tasa de graduados de una institución educativa. Demuestra que es un organismo enfocado en cumplir metas cruciales y esto redundará en la percepción y alineación al éxito de sus estudiantes.
Y contrario a la percepción popular, no se requieren grandes inversiones en la universidad que se elija para tener mejores perspectivas de trabajo, sino la capacidad de analizar y discernir variables que impactarán a los futuros profesioistas.

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