Insulto, difamación o verdad

TRAS BAMBALINAS

Por Jorge Octavio Ochoa.

Debe ser frustrante tanto esperar por ese juicio para, al final, terminar embarrado entre los mencionados.

Durante tres años se frotó las manos, imaginando un espectáculo plagado de revelaciones contra Felipe Calderón.

Sin embargo, sólo escuchó su propio nombre, mezclado entre la red del crimen organizado y el narcotráfico, tendida sobre el sistema político mexicano.

López Obrador dio el cerrojazo, atrapado además entre los dislates y contradicciones de su propia demagogia.

En un arrebato de cólera, anunció una posible demanda contra el abogado de Genaro García Luna, por haberlo mencionado a él en una Corte extranjera.

Un día antes, había asegurado que vetaría la entrada en vigor de una iniciativa que elevaría las multas a quienes ofendan al Presidente de la República.

Dijo que él no necesitaba de eso y se pronunció por la libertad de expresión. Pero cuando se le nombró en un juzgado de Nueva York, la cosa fue distinta.

El motivo de la demanda dijo, sería por “daño moral”, pues no se trata de la persona, sino del presidente de México.

“Estoy haciendo una consulta (…) estoy viendo si es posible que yo presente una denuncia por daño moral en contra del abogado de García Luna y de quienes resulten responsables en Estados Unidos.  

Estoy viendo si es posible, porque no es Andrés Manuel, es el presidente de México y esto tiene que quedar muy claro. “Se tiene que ver cuál es la vía. (…) No acepto que se ponga en duda mi honestidad, está de por medio que soy el presidente de México”. 

Ese es el resumen patético de lo ocurrido la última semana, donde el colofón es la mentira.

Tenemos expuestas ahí las dos caras de un mismo personaje. La ambigüedad de un sujeto dado a “cambiar de opinión” en temas torales como el uso del Ejército.

Lo que en el extranjero le parece una ofensa a la Institución presidencial, en el país dice que solo son referencias a su persona, al sujeto llamado Andrés Manuel.

Bipolaridad que sale de la mente que llama “corruptos” a todos quienes vamos a participar en la marcha del 26 de febrero.

Ahí habrá consignas, quizá insultos verbales. ¿En qué momento cambiará de opinión y pensará que son ataques a la imagen presidencial?

Esa es la frágil línea en que se mueve la tolerancia de este país, con la actitud veleidosa del hombre que dijo regresaría al Ejército a sus cuarteles.

Pasaron cuatro años y México sigue siendo el país de los profundos contrastes y desigualdades.

México es la nación donde hay más muertes violentas que en cualquier otro país del mundo, incluidos los que están en guerra. Hoy 51 millones de mexicanos se encuentra ya en pobreza laboral y pobreza extrema.

Las pensiones y becas no han servido gran cosa. La Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la primera creada por AMLO cuando fue jefe de gobierno, está a punto de irse a la huelga.

Sus propios maestros denuncian que sus sueldos no les alcanzan y las prestaciones que les otorgan son infames.

Prevalecen gravísimos problemas de salud, de cobertura de seguridad social, pero aún así, el régimen de López Obrador permite abiertamente la corrupción.

Hace unos días trascendió en las redes sociales, el escandaloso caso de Almendra Ortiz Genis, joven mujer que era miembro de la ayudantía de AMLO. El asunto lo dio a conocer la periodista Ale Díaz de la Vega.

Señala que en enero del 2022 fue nombrada directora de administración del ISSSTE Almendra Ortiz. Ahí, ella propuso otorgar un contrato de imagen a la empresa IMEDIC, que no tenía antecedentes o experiencia en la materia.

El comité de adquisiciones rechazó la primera propuesta de ella, pero tres días después convocó a otra reunión de comité, sin invitación a 4 de los miembros que habían votado en contra.

Así otorgaron la adjudicación directa a IMEDIC. Para octubre del 2022 se presentaron las primeras fallas en el servicio.

En 38 de 40 hospitales del ISSSTE visitados, hubo fallas e incumplimiento en el servicio por parte de dicha empresa. Hubo más de 40 mil servicios de atención no presentados; 25 mil 633 diagnósticos no realizados; suspensión de 503 cirugías.

Si antes se hacía lo que la santa voluntad presidencial ordenaba, en el México de nuestros días el asunto va de mal en peor.

Ahora, bajo el mando de López Obrador, las Fuerzas Armadas gozan de un fideicomiso militar superior a los 135 mil millones de pesos. Ello pese a que desde el 2020 se había aprobado la extinción de 109 fideicomisos.

Por eso es la marcha del 26 de febrero próximo. López Obrador quiere perpetuar, no un sistema de seguridad social o de prestaciones equitativas e igualitarias. NO.

El busca dejar las bases para un nuevo partido de Estado y un Ejecutivo Federal que controle desde el centro del país, con métodos incluso más nocivos que los del antiguo PRI.

Quiere crear una FALANGE de espías y delatores llamados Servidores de la Nación, que visitará casa por casa y pasará información colonia por colonia, ejido por ejido.

Es por eso por lo que se vuelven más ofensivas las inequidades, cuando se aderezan de demagogia y prepotencia. De ahí que se incremente el volumen de insultos hacia el primer mandatario de la nación.

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